Índice de contenidos
- 1 Estos son los problemas más comunes en implantes y sus soluciones.
- 1.1 Contra las infecciones y la periimplantitis, higiene dental.
- 1.2 Contra los inusuales problemas de osteointegración, vigilancia y, si es necesario, repetición del procedimiento.
- 1.3 Contra el movimiento, pérdida o rotura del implante, visita al implantólogo y sustitución.
- 1.4 Qué debe hacer un paciente para evitar el fracaso de sus implantes.
- 1.5 ¿Tienes alguna pregunta?
Estos son los problemas más comunes en implantes y sus soluciones.
Los implantes dentales han mejorado la calidad de vida de miles de personas y se perfeccionan día tras día para mejorar las de muchas más. Los riesgos que conlleva implantar una prótesis dental son mínimos. Pero aún existen algunos problemas fácilmente subsanables si sabemos prevenir y proceder. Unos hábitos saludables de salud bucodental y visitas periódicas al dentista suelen bastar para anticiparse y prevenir la mayoría de los problemas.
Hay cosas que nos parecen ya parte del pasado. Tener que renunciar a un asado de carne o a un bocadillo de jamón porque hemos cumplido una edad o hemos sufrido una patología que nos ha dejado sin dientes es algo que nuestra generación no va a tener que sufrir. La implantología ha mejorado notablemente la calidad de vida de las personas.
Las innovaciones en implantes dentales se suceden año tras año. Mejoran los materiales, los procesos de osteointegración se hacen más fiables, las intervenciones son cada vez más llevaderas para el paciente… Cada vez hay menos contraindicaciones a la hora de colocar un implante dental. En clínicas como la de los doctores Rehberger, es posible colocarlos incluso en casos en los que la masa ósea muestra escaso volumen, recurriendo a los implantes cigomáticos.
No obstante, la implantología no deja de ser una técnica quirúrgica, con lo que el riesgo de que surja algún inconveniente nunca será igual a cero. En este post queremos explicarte los problemas más comunes que pueden presentarse en un implante dental. Y lo hacemos para subrayar que no son comunes, que pueden prevenirse y que, en la mayoría de los casos, tienen una solución sencilla. Para que la inseguridad no te haga renunciar a una técnica que tanto ha beneficiado nuestro bienestar bucodental.
Contra las infecciones y la periimplantitis, higiene dental.
La cavidad bucal es el hogar de miles de microorganismos que buscan la forma de prosperar. Cuando ocurre un desequilibrio en ese microhabitat, puede darse la desagradable consecuencia de que alguno de esos microorganismos prospere demasiado y nos provoque una infección. Las bacterias descontroladas tienen el poder de dañar el tejido orgánico en el que se han integrado nuestros nuevos implantes, y hacerlo peligrar.
La perimplantitis es la patología que afecta a los tejidos en los que se asienta el implante dental. Comienza, al igual que la periodontitis, con una inflamación de encía que, si no se cuida, acabará por dañar al hueso alveolar, en el que se ha integrado el implante.
Higiene y cepillado.
La buena noticia es que la perimplantitis puede prevenirse de la misma forma que casi todos los problemas bucodentales: con una higiene rigurosa. Si todas las personas deben cepillarse los dientes correctamente después de cada comida, aquellas que tienen un implante deben tomarse este consejo aún más en serio.
El barrido mecánico de la placa mediante el uso de cepillos (manual o eléctrico e interproximales) añadiendo dentífrico constituyen las principales herramientas de la higiene. Los enjuagues, colutorios, la seda dental y los irrigadores de agua a presión complementan (nunca sustituyen) el cepillado para llegar a lugares inaccesibles.
Con esto y con visitas periódicas al dentista y al higienista, para retirar de forma apurada el sarro y la placa bacteriana, las infecciones que amenazan a nuestros implantes se mantendrán a raya.
«Un paciente con una prótesis dental debe ser aún más cuidadoso con sus hábitos higiénicos y sanitarios, pues un problema periodontal puede poner en riesgo el correcto alojamiento del implante» Dr. Guillermo Rehberger.
Contra los inusuales problemas de osteointegración, vigilancia y, si es necesario, repetición del procedimiento.
Los implantes que el cirujano inserta en nuestra boca no sólo se asientan sobre tejido vivo, sino que además buscan integrarse con él, con nuestro propio hueso y encía, para conseguir una sujeción perfecta. Para ello, el implante debe pasar un período de “reposo”, en el que el paciente llevará una prótesis provisional, con fines únicamente estéticos, que no tendrá la misma funcionalidad que la definitiva. Es lo que se llama el proceso de cicatrización u osteointegración, y dura una media de tres meses.
Un muy pequeño porcentaje de los pacientes experimentan problemas en la osteointegración. En ocasiones, el implante no se adhiere de forma adecuada al hueso, y se forma una capa de tejido blando entre ambos que compromete su firmeza.
En caso de que esto suceda, no supone ningún riesgo adicional para la salud bucodental del paciente. La solución, aunque fastidiosa, es tan sencilla como retirar el implante y volver a iniciar el tratamiento desde el principio. La mejor noticia es que tan solo el 2,5% de quienes se someten a un implante sufre este problema.
Contra el movimiento, pérdida o rotura del implante, visita al implantólogo y sustitución.
No es en absoluto frecuente que un implante se pierda o se rompa. Y tampoco hay muchos motivos que puedan hacer que llegue a suceder. Pero dar con la causa es vital para aportar la solución.
Hemos hablado ya de la periimplantitis, que si se descuida llegará a producir un desgaste del hueso que rodea al implante. También hemos explicado que si falla el proceso de osteointegración el implante quedará inestable, se moverá y podría perderse. Además, los problemas oclusales, es decir, de mordida, son capaces de someter al implante a presiones demasiado fuertes, que acaban por dañarlo. Lo mismo ocurre con el bruxismo.
Todas estas contingencias son muy infrecuentes. Y en todas, la forma de proceder es la misma: en caso de que un implante se mueva, se pierda o se rompa hay que acudir cuanto antes al implantólogo para que determine las causas del fallo.
A veces, quizá la mayoría de casos que se atienden en consulta no son un problema del mismo implante, sino de la corona o prótesis, que podría haberse aflojado y la solución es sencilla. Sin embargo en ocasiones excepcionales se deberá sustituir el implante tras un proceso de regeneración ósea.
Qué debe hacer un paciente para evitar el fracaso de sus implantes.
Como hemos contado más arriba, una disciplinada higiene dental es la mejor forma de evitar que un implante se estropee. También es importante no forzarlo o golpearlo:
- No abras envoltorios con los dientes ni los utilices como tenaza.
- Lleva siempre protección bucal si haces deportes arriesgados.
- Cuidado con los alimentos con cáscara o hueso o con los excesivamente duros.
- Etc.
Visitas al implantólogo
Pero además, es necesario programar visitas periódicas para que el implantólogo o el dentista inspeccionen el estado de los implantes. A este respecto, es importante confiar en auténticos especialistas. En la clínica Rehberger López Fanjul somos pioneros en cirugía implantológica en Asturias, y dedicamos gran parte de nuestro esfuerzo a innovar para perfeccionar los tratamientos. Por eso estamos capacitados para detectar cualquier problema en un implante, antes incluso de que el paciente empieza a notarlo.
En estas revisiones, nos aseguraremos de que tus implantes dentales se mantienen correctamente adheridos al tejido, con total estabilidad. Y si se requiere una revisión más exhaustiva, el radiodiagnóstico puede ayudarnos a comprobar el estado del hueso.
Además de esto, el especialista puede efectuar raspados o ajustar las piezas de la prótesis en caso de que sea necesario.
Limpiezas bucodentales profesionales
Ya hemos hablado de la importancia de concertar citas con el higienista dental. El raspado de sarro y eliminación de placa siempre es importante, pero en caso de que tengamos implantes dentales, resulta crucial para su mantenimiento. Los higienistas pueden, además, detectar mediante tinturas si hay un exceso de placa bacteriana. De esta forma se recomendará al paciente que extreme sus hábitos higiénicos.
Llevar una alimentación equilibrada y una vida sana.
Una gran cantidad de los fracasos en implantes son sufridos por pacientes fumadores. Las toxinas presentes en el tabaco aumentan el riesgo de infección, de fallo en la osteointegración y de aumento de placa bacteriana.
«El buen estado de salud de los pacientes siempre facilita muchísimo cualquier intervención y el éxito de cualquier proceso, incluidos aquellos que tienen que ver con la implantología» Dr. Federico Rehberger.
Además de no fumar, una buena alimentación, evitando el exceso de azúcar o de alimentos excesivamente abrasivos para nuestro esmalte, también ayudará a mantener nuestros implantes en buena forma.