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Los problemas derivados del bruxismo interfieren en el nivel de rendimiento de los deportistas
El bruxismo es una patología dental que puede afectar de manera severa al rendimiento deportivo. Aunque su principal síntoma es el desgaste dental, existen otra serie de problemas asociados que se manifiestan de manera recurrente. Genera frecuentes dolores en oidos, cabeza, cuello o la articulación temporomandibular, que afectan directamente a la salud general de los deportistas, repercutiendo negativamente en su rendimiento.
¿Qué es el bruxismo?
El Bruxismo es el hábito de apretar, rucar o rechinar los dientes. Es uno de los problemas dentales más frecuentes entre la población. Sin embargo, muchas personas no saben que lo padecen, ya que es una acción por lo general inconsciente, que suele suceder durante la noche.
¿Cómo afecta el bruxismo al rendimiento deportivo?
El principal problema derivado del bruxismo es el desgaste dental. Este desgaste no debería suponer un problema a nivel de rendimiento, aunque existen otros problemas derivados del bruxismo que si interfieren en la salud de los deportistas, como dolor mandibular, dolores en los oídos, problemas de articulación temporomandibular (ATM), dolores de cabeza y cuello, sensibilidad dental, movilidad de los dientes, estrés, ansiedad e insomnio. Todos estos problemas, se manifiestan de forma recurrente, impidiendo que los deportistas puedan alcanzar niveles óptimos de rendimiento.
¿Qué tipos de bruxismo existen?
El bruxismo producido por apretamiento, viene derivado generalmente del estrés y no produce desgaste dental. Este tipo de bruxismo es muy habitual en deportistas que se someten a niveles de esfuerzo muy exigentes.
El bruxismo producido por frotamiento, suele darse durante las horas de sueño y sí produce desgaste de los dientes.
Existen diferentes grados de bruxismo, que van desde un problema inconsciente que aparece de forma ocasional, hasta un hábito establecido que se da incluso de manera consciente y puede producir lesiones de las estructuras dentofaciales.
¿Cómo se puede tratar el bruxismo?
Los tratamientos de bruxismo están orientados a evitar el rechinamiento dental y reducir el dolor, previniendo el desgaste dental y evitando daños más severos en las estructuras óseas.
En casos leves, las férulas de descarga son la principal solución. Son unos dispositivos fabricados con materiales plásticos o resinas que cubren la dentadura. Permiten eliminar el contacto directo de los dientes superiores e inferiores, evitando así que continúe el desgaste dental. Aunque estos dispositivos no resuelven el problema de raíz, sí ayudan a eliminar el dolor y cuando se dejan de utilizar, el dolor vuelve a aparecer.
La ortodoncia es otra gran aliada en la lucha contra el bruxismo. Una correcta posición y unos dientes bien alineados favorecen una correcta mordida y no solo ayudan a prevenir un desgaste irregular, sino que en muchos casos se soluciona el problema por completo.
En casos más extremos, además de ser recomendable el tratamiento de ortodoncia, también puede ser conveniente recurrir a la cirugía maxilofacial.
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Artículo publicado en la revista TodoDeporte Asturias (Nº 19 / Pág. 12)
