Corregir las imperfecciones estéticas del mentón es posible gracias a la mentoplastia

Los mentones prominentes, asimétricos o con escaso volumen tienen efectos negativos en la estética del rostro. Hoy en día, los pacientes que no se sienten bien con esa particularidad de su apariencia (tanto que incluso llegan a ver minada su confianza) encuentran una respuesta eficaz: la mentoplastia. Si quieres saber más sobre cómo una clínica líder en Asturias aborda los casos de mentoplastia, sigue leyendo.

Lo que dice de ti tu mentón

El mentón o barbilla (técnicamente, la parte baja del maxilar inferior) posee una especial capacidad expresiva. Cuando posee poco volumen, el rostro suele perder personalidad. Cuando es demasiado prominente, transmite excesiva rudeza. O incluso maldad, cuando resulta afilado. Y, cuando es asimétrico, desequilibra todos los rasgos faciales.

En definitiva, el mentón es un punto muy importante, con gran predominio en la apariencia global del rostro. Por eso, muchos pacientes que no se sienten a gusto con el aspecto de su barbilla pueden, legítimamente, sufrir complejos o falta de confianza.

«La mentoplastia nos permite normalizar la apariencia de un mentón y, con ello, mejorar notablemente la estética de todo el rostro». Dr. Federico Rehberger.

Solucionar este desequilibrio, sin embargo, es bastante fácil en la mayoría de los casos. Basta, como siempre, con acudir a profesionales competentes, con experiencia y un buen sentido de la estética, para practicarnos una mentoplastia.

A continuación explicamos las claves de esta intervención, y cómo la llevamos a cabo en la clínica del doctor Federico Rehberger, cirujano maxilofacial.

¿Cuáles son las circunstancias que suelen motivar una mentoplastia?

Así es tu barbilla

En concreto, llamamos barbilla o mentón a la parte del rostro donde termina la mandíbula o maxilar inferior. La fisionomía del mentón incluye la sínfisis mentoniana, que es esa línea vertical situada en el punto medio de la barbilla (que a veces resalta, como una “barbilla partida”) que separa las dos piezas que componen el hueso.

Como curiosidad, algunas especies de mamíferos poseen una sínfisis flexible para poder introducir en la cavidad oral grandes volúmenes de cualquier sustancia; es el caso de las ballenas, que necesitan llenar sus bocas de ingentes cantidades de agua.

Además de la sínfisis, el mentón cuenta con una piel móvil bajo la cual encontramos una capa de grasa, que puede llegar a convertirse en papada. Los músculos que encontramos en esa zona son el triangular de los labios, el cuadrado de la barba y el borla del mentón.

El mentón puede presentar una serie de características que rompen la estética del rostro. Las repasamos a continuación.

Alteraciones que tienen que ver con el hueso de la mandíbula

El hueso maxilar inferior determina la forma del mentón. Algunas fisonomías pueden alejarse de los cánones de belleza actual: un mentón demasiado grande o largo, un mentón retraído, un mentón prominente, un mentón partido o cuadrado, un mentón asimétrico.

Como veremos más adelante, la mentoplastia adecuada para estos casos consiste en una sencilla osteotomía, en la que además se corrige la papada y el ángulo del mentón con el cuello.

Alteraciones que tienen que ver con los músculos y la piel de mentón

La apariencia poco estética de algunas barbillas no tiene que ver con la forma de la mandíbula, sino con la laxitud de los músculos o de la piel de la barbilla. Es un problema bastante común que se denomina mentón colgante o mentón de bruja.

Alteraciones para las que se contraindica una mentoplastia

Lamentablemente, no toda falla estética en esta zona puede solucionarse con una mentoplastia. A veces, la forma del mentón no viene determinada únicamente por la terminación de la barbilla, sino que existe un problema con el hueso maxilar inferior al completo.

Esto además suele venir acompañado de problemas de prognatismo o malas oclusiones, por lo que hay que estudiar una solución alternativa, como la cirugía ortognática o, en niños pequeños, la ortodoncia interceptiva.

Las mentoplastias más comunes no implican ingreso ni anestesia general

Mentoplastia con prótesis o inyecciones

Algunas mentoplastias pueden solucionarse con prótesis o inyecciones de relleno. Las prótesis suelen realizarse utilizando injertos de materiales biocompatibles. No siempre están aconsejadas, puesto que pueden moverse, infectarse o desgastar el hueso de la mandíbula con el roce.

Las inyecciones de relleno, por el contrario, producen excelentes resultados en casos en los que baste con un leve retoque para corregir una desproporción de la barbilla. El material más común es el ácido hialurónico.

Mentoplastia con osteotomía

Cuando la desproporción es algo más acusada, necesitamos ponernos en manos del cirujano maxilofacial para una osteotomía: un sencillo procedimiento con el que se corta y desplaza el hueso. Aunque su descripción impresiona un poco más, lo cierto es que hablamos de una intervención rápida, ambulatoria (sin ingreso) y con un postoperatorio muy llevadero.

«Una mentoplastia con osteotomía es una operación muy común. Estamos muy acostumbrados a realizarla y pocas veces requiere otra cosa que no sea cirugía ambulatoria y sedación consciente». Dr. Federico Rehberger.

La mentoplastia con osteotomía tiene numerosas utilidades:
En caso de hipoplasia o retrognatia, es decir, mandíbulas demasiado retrasadas, la mentoplastia con osteotomía permite adelantar el mentón. También se utiliza para centrar las líneas medias y así corregir las asimetrías.

Algunos pacientes tienen un rostro alargado con un labio inferior demasiado prominente, con respecto al superior. La mentoplastia con osteotomía puede devolverles una proporción correcta entre el labio superior y el inferior. Aquellos pacientes que tengan un rostro alargado, con exceso de labio inferior.

Otro posibilidad para practicar mentoplastias es el limado del borde marginal. Con ello se logra reducir la dimensión vertical, la proyección de la mandíbula y también modificar su morfología.

El postoperatorio de la mentoplastia: un trámite fácilmente soportable, en la mayoría de los casos

En nuestras clínicas, nunca nos desentendemos de nuestros pacientes en la fase de postoperatorio. Y recomendamos que siempre sea así, por sencilla que creamos la intervención. No sólo porque se reducen riesgos, sino también por la confianza que el seguimiento aporta al paciente. No olvidemos que estamos cambiando la fisonomía de su rostro, y debemos comprender sus reacciones.

En casi todas las variantes de mentoplastia es normal que durante el postoperatorio inmediato perdure la inflamación. Pero ésta se rebajará en pocos días, progresivamente. Dependiendo del tipo de cirugía practicada y de la respuesta del paciente, es habitual que este pueda recurar su vida normal tras sólo una semana.

A los tres meses, fijamos una cita para comparar las fotografías del antes y después de la intervención. Así, el paciente obtiene una idea precisa del resultado.

Técnicas de vanguardia que se utilizan en la clínica Rehberger para mejorar el resultado de las mentoplastias

Además, el doctor Federico Rehberger utiliza técnicas de vanguardia para mejorar las condiciones del postoperatorio y aumentar las posibilidades de éxito.

Además, podemos añadir el uso de plasma enriquecido con factores de crecimiento, que se utiliza para regenerar el tejido óseo. Las ventajas del plasma enriquecido son innumerables. Entre ellas cabe mencionar que el paciente padece menos dolor y menos inflamación. Por tanto, esta técnica, al igual que el uso de ultrasonidos, mejora el postoperatorio y facilita que el paciente retome su vida normal canto antes.

En primer lugar, practicamos la mentoplastia con ultrasonidos para ganar precisión y seguridad. Los ultrasonidos respetan las partes blandas y reducen el riesgo de que aparezcan complicaciones vasculares o nerviosas (ocurre lo mismo cuando practicamos una rinoplastia). El postoperatorio demuestra ser mucho más cómodo, con una menor aparición de hematomas y una incorporación a la actividad cotidiana más temprana.

La sedación: clave para que una mentoplastia se sobrelleve con los mínimos inconvenientes

«Cada caso y cada paciente son únicos, por lo que el anestesista emplea  un tratamiento individualizado y adaptado a cada persona y a su historial médico». Dra. Itziar Tranche.

Que el paciente perciba la cirugía como un proceso mínimamente agresivo es una de las más importantes funciones del anestesista. Evitar el dolor y la ansiedad es crucial.

Siempre recomendamos comprobar que los anestesistas responsables de la mentoplastia sean profesionales reconocidos y certificados. El dominio de técnicas modernas favorecerá un postoperatorio ágil y con el menor sufrimiento posible.

En nuestra clínica, la doctora anestesista Itziar Tranche aplica técnicas de sedación consciente que simplifican las intervenciones y permiten al paciente una reincorporación más rápida a sus rutinas.

¿A quién confiamos nuestra mentoplastia?

Como siempre defendemos, no debemos fiarnos de una clínica en la que la capacidad o la experiencia del anestesista y del cirujano no estén correctamente acreditadas. El prestigio y la profesionalidad siempre constituyen un seguro.

A pesar de tratarse de una cirugía sencilla, una mentoplastia precisa de unas instalaciones adecuadas, el mejor equipamiento posible y un grupo de profesionales de total confianza. Lo más importante es asegurarnos de que tanto la clínica como su personal están perfectamente dotados para practicar la cirugía.

En nuestro caso, el Dr. Federico Rehberger posee una formación completa y avanzada en cirugía maxilofacial. Acumula innumerables casos de éxito en intervenciones complejas, desde implantología avanzada hasta cirugía ortognática. Como hemos mencionado, cuenta con el apoyo de profesionales de la talla de Itziar Tranche, anestesista, para mayor seguridad de los pacientes.

«Podemos hablar de que todas las variables de mentoplastia son técnicas consolidadas, con altas tasas de éxito. Tan sólo hay que ponerse en manos de profesionales adecuados y bien equipados para sobrellevar la intervención y el postoperatorio sin excesivas molestias». Dr. Federico Rehberger.