El blanqueamiento dental es uno de los tratamientos que más interesan a nuestros pacientes y por ello es habitual que nos hagan ciertas preguntas. La semana pasada dábamos respuesta a algunas de ellas y hoy añadimos otras dudas que con frecuencia nos consultan.
¿Tiene efectos secundarios el blanqueamiento dental?
En algunos pacientes puede aparecer sensibilidad durante o después del tratamiento. Después de la sesión de blanqueamiento se aplica un gel desensibilizante específico para blanqueamiento.
¿Es un tratamiento doloroso? ¿Qué cuidados debemos tener después de realizar el blanqueamiento dental?
No es doloroso, pero sí que da sensibilidad al diente, una sensación que va desapareciendo en las 48 horas posteriores al tratamiento. Se recomienda seguir una dieta ‘blanca’, es decir, que evite aquellos alimentos que provoquen tinción. Además, se debe evitar el tabaco, pues las personas que fuman tienen muchas más posibilidades de que sus dientes se oscurezcan. La nicotina va dejando una serie de depósitos en los dientes, que hacen que este se oscurezca. Por este motivo, son muchos los fumadores los que acuden a un tratamiento blanqueante.
¿Se lo puede realizar cualquier persona o existe algún tipo de contraindicación?
En cualquier persona que tenga la boca sana, es decir, sin caries y que no tenga sensibilidad dental, porque el tratamiento la puede incrementar.
¿Es eficaz en todos los tipos de manchas que se pueden presentar en los dientes?
No. Los mejores resultados se obtienen en los dientes que, con el paso de los años, amarillean o que tienen ese tono natural. En tinciones más intensas —tonos anaranjados o grises—, se puede conseguir aclarar el diente, aunque depende de la tonalidad y ha de ser valorado por el especialista, porque en los casos más severos no siempre se consiguen resultados tan satisfactorios. Las manchas provocadas por las tetraciclinas, un medicamento, dan un tono grisáceo al diente que no se puede blanquear.
¿Qué alimentos pueden influir de forma negativa en el color de nuestros dientes?
Vino tinto, té, café, bebidas carbonatadas, tomate, curry, fresa, frambuesa… y, por supuesto, el tabaco.
¿Una excesiva obsesión por el blanco de los dientes genera adicción?
Tener unos dientes más blancos puede suponer una mejora en la autoestima del paciente. Sin embargo, cuando ese “blanco” del diente se transforma en obsesión, es cuando viene el problema. Es lo que se ha llamado ‘blancorexia’ y que consiste en alcanzar un tono de diente muy blanco. No todos los colores de dientes son iguales y todo depende del esmalte que tenga cada persona. La obsesión por ese “blanco perfecto” puede traer consigo una serie de problemas en la salud dental.